La sociedad gastronómica Ollagorra, una de las entidades más emblemáticas y centenarias de la Parte Vieja de Donostia, celebra el regreso a su sede original tras siete años de ausencia debido al colapso del edificio en 2017. Fernando Pérez, presidente de la sociedad, ha compartido con Gastrokontu los detalles de esta importante transición y los nuevos desafíos que afronta Ollagorra, en el contexto de la comida de fraternidad que se celebrará este sábado en el local de la sociedad, en el número 23 de la calle Mari, y en el que han invitado al resto de asociaciones del barrio.
En enero de 2017, la sociedad tuvo que abandonar precipitadamente su sede histórica tras el colapso del edificio. La incertidumbre inicial obligó a los socios a trasladarse temporalmente a un local alternativo en la calle General Etxague, inicialmente pensado como provisional. Sin embargo, la necesidad de realizar una obra integral convirtió esa solución temporal en algo más duradero, generando importantes gastos y la pérdida de algunos socios.
Pérez explica que, tras la mudanza, de los 260 socios originales quedaron 173. Ante la situación económica crítica generada por los gastos derivados del traslado y la reforma, la directiva decidió realizar una transformación significativa: convertir Ollagorra en una sociedad mixta, abierta a mujeres y con un espíritu más joven y renovado. Esta decisión histórica ha permitido incorporar a 46 mujeres, contribuyendo decisivamente al rejuvenecimiento y dinamismo social de la entidad. Actualmente, la sociedad, cliente de Gastrokontu, cuenta con 250 socios y destaca la alta presencia de jóvenes menores de 40 años.
«Buscamos ser más que un lugar donde venir a comer o cenar. Queremos aportar algo a nuestros socios, socias y también al entorno de la Parte Vieja», subrayó Pérez. Con esta filosofía, Ollagorra está preparando diversas actividades abiertas a la comunidad, que abarcan desde eventos gastronómicos y deportivos hasta encuentros culturales. Entre ellas destacan torneos de pádel, carreras como el kilómetro vertical de Urgull, charlas divulgativas sobre salud e inteligencia artificial, y eventos festivos durante la Semana Grande o las fiestas del Carmen.
El regreso a su local original ha sido posible gracias a largas negociaciones con la propiedad del edificio, logrando un acuerdo en el que los propietarios asumieron parte de los costes de la remodelación. Además, Ollagorra impulsó un modelo de autofinanciación mediante aportaciones voluntarias y adelantos de cuotas de los socios, evitando así nuevas derramas económicas.
La actual sociedad es más abierta, inclusiva y dinámica, adaptada a las demandas del siglo XXI sin perder su esencia tradicional y gastronómica. Pérez anuncia que la sociedad se encuentra ante un horizonte lleno de proyectos, especialmente de cara a 2025. La directiva está preparando iniciativas culturales y sociales especiales que involucrarán no solo a los socios, sino también al conjunto de la ciudad, y también tiene la mirada puesta en 2026, cuando la sociedad cumpla 120 años.
La reapertura oficial se produjo a principios de este año y fue un acto simbólico en el que participaron otras sociedades gastronómicas de la Parte Vieja, reforzando así los vínculos comunitarios característicos de Donostia. Fernando Pérez destaca el esfuerzo realizado durante estos años difíciles, logrando finalmente transformar Ollagorra en una sociedad renovada y comprometida con su entorno. En cuanto al local de General Etxague, ahora lo regenta el club de hockey Kale Lagunak, que se encuentra en búsqueda de socios.